DENTRO DEL LABERINTO...


Blandir la superior de las razones
no excusa del pecado de inocencia
pensar que todo es común a los mortales,
no salva a quién diario ni reza ni ruega.
.
Los dioses, ociosos e indolentes,
juegan con dados marcados
en el tablero de nuestra existencia
cobrándose bien caro la derrota 
cuando el humano y sus avatares 
son quienes a sí mismos se gobierna.
.
El acto se acentúa con transgresión
de unas reglas del juego no escritas,
cortantes como diamantes pulidos
certeras como filo de navaja 
ávido de sangre y pasión.
.
Y ahí, la condena está servida
en forma de desafío advenedizo
a la espera de su momento
en primera línea de venganza.
.
Los príncipes de lo esencial a la vista
barajan de nuevo los sueños inalcanzables.
Tocan arrebato las campanas,
toca ponerse a salvo sin reservas
de la próxima tormenta dentro del laberinto.
.
Elizabetta Puig® / Derechos Reservados
Imagen: Galatea Santos®/ BILBAO

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