En el cortijo del
tío Pedro
los muros tienen
agujeros
por donde se cuela
un bandolero
de mirada felina y
pelo negro…
.
Visita de forma
asidua
las dependencias del
gallinero
batiéndose en
retirada
si los centinelas
velan despiertos…
.
Cantan los gallos
más finos
a las madrugadas
esquivas.
Quisieran ser aun
sin vida
locas brisas
perdidas,
para besar a diario
a las estrellas
furtivas…
.
Tiene el viejo
cortijo
aleros de tejas
rojas,
donde buscan refugio
los gorriones de
alas rotas…
.
Y dehesas
silenciosas
que lloran a las
veredas
cuando los morlacos
a sus suerte las
abandonan
a cambio de una
tarde de gloria…
.
Llora entonces la
Luna llena.
Regresa mansa y sola
vistiendo mantilla
de encaje
y peineta de plata
fina
entre los olivares
silenciosos
y las encinas de
almas devotas...
.
Elizabetta Puig® / Derechos Reservados
Imagen: Galatea Santos® / Cerca de LADINES (ASTURIAS)
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