Aprenderás
a quererme?
A
sentir mi silueta a través de mis pasos?
¿Querrás
alguna vez mirarme a los ojos
como
te miro yo a ti?...
Compartirás
tus secretos de cerrojos
y
refugios de otras guerras?
Trincheras
de la vida que nos lleva
de
una acera a otra descalzos de ilusión.
¿Me
darás alguna vez un poco de tus recuerdos
si
prometo no llenar de palabras vacías
historias
que no me pertenecen?
Nunca
pediré que las ramas se agiten
gritando
mi nombre al viento del norte
ni
que los niños en las plazas
jueguen
a adivinar mi semblante.
Jamás
reclamaré un lugar en el alma de tus torrentes
ni
una estela en la noche de tus avernos.
No
me culpes si adivino tu misterio,
los
entresijos de tus contiendas
contra
el cielo y el mar, contra el edén y los oteros
por
ganar terreno a la inmortalidad...
Dame
a cambio aquello que vine a buscar
y
no me niegues ni el pan ni la sal
de
los caminantes que buscan en cualquier senda
lo
que nunca hallarán: fundir en el mismo camino
vida
y verdad.
.
Elizabetta
Puig® / Derechos Reservados
Imagen: Galatea Santos® / OVIEDO
No hay comentarios:
Publicar un comentario