Me
enfrento cada tarde al placer
de
verte llegar atravesando
el
océano vestido de verde y caracola.
Ese
al que siempre he dado la espalda
ese
al que jamás he dedicado ni una palabra.
Ni
una sola...
Te
besa los pies...Y yo muero...
Mi
amor remato con el bordado
de
los celos que me nacen por no ser ni siquiera
un
triste naufrago a su suerte abandonado
que
pudiera rozar tu sombra
con
el esbozo de un llanto calmo …
.
Y
tras de ti llega el atardecer,
…rojo, fiero y salvaje…
Y
por sus rayos me dejo morder.
Invade mis párpados con su
luz,
quiero parecer a tus ojos
lo que no soy...
.
Y
mientras estoy en ello
me
pierdo en mis divagaciones
hasta
que en tu abrazo me encuentro
con
la realidad que estructura
la
coherencia y la lógica de tu doctrina...
.
“!!Quererte
es tan fácil!!
Así,
inmóvil, austera...mirándome de lejos
esperando
lo poco que tengo, lo poco que soy”...
.
¿Cómo
decirte que contigo me sobra todo,
que
sólo busco desmadejarme cada tarde en tu regazo?
Y
ahí, en tus brazos, en ese lugar cálido,
el
desorden me invade
volcando
en mí su miedo y todos sus excesos…
.
Y
de nuevo en mí surge un mar atormentado…
.
Elizabetta Puig®/Derechos Reservados
Imagen : Galatea Santos®/ SANTANDER
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