Qué cosas más extrañas tiene a
veces la vida.
¡Cómo juega el destino con las
expectativas!
Nos deja vacíos, sin razones
objetivas,
sin argumentación, sin premisas,
sin salida.
.
¡Cómo hace de todo una
guerra!...Siempre vestida
de organzas y fracasos, de afrentas
excesivas
de rostros ajados, de caricias
fugitivas
de credo agónico, de esperanza
podrida…
.
Nos hace creer libertos aún siendo
esclavos.
Nos cuenta la historia según su
propio criterio
Y todo aceptamos, como niños de
pecho…
.
Después, más tarde que pronto,
haciéndonos los bravos
negamos los hechos, nuestro triste
cautiverio,
porfiando a que el cielo, ni tiene
ni hará techo…
.
Y continuamos postulando nuestro
derecho
contra vientos y mareas,
contra el ministerio
que nos ancla al infierno con
sus recios clavos…
.
De tierras de otros dueños y otro
cálido lecho
de noches solitarias de muerte y
cementerio,
somos marionetas de amaneceres
flavos…
.
Más yo aguardo crepúsculos siempre
decidida
recogiendo con mis manos miradas
furtivas,
y en las más altas cordilleras, que
nunca altivas,
quiero que me encuentre, la vida
siempre asida…
.
No puedo concebir que ella, me
niega y olvida,
en pos de ofertas más felices y
lucrativas.
Por ello aún mantengo la fe y la
luz siempre vivas.
Y esperanza por la cintura, bien
ceñida…
.
Elizabetta Puig® / Derechos Reservados
Imagen Galatea Santos ® / Sierra de las Nieves (20-9-2015)
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