No existe topografía
de mis aguas más profundas.
Ni retratos de los mundos
Ni retratos de los mundos
que en mí siempre perdurarán.
No guardo en la sal de mis heridas
No guardo en la sal de mis heridas
la cuentas y los cuentos
que nadie me contó.
Voy a la deriva sin bandera
ni patrón,
de puerto en puerto,
de puerto en puerto,
de grito en grito
en un espacio roto por las
sentencias
de un silencio atronador.
Sólo aquello que me acompaña
Sólo aquello que me acompaña
por entre el fiero oleaje
perfumado de tristeza,
perfumado de tristeza,
escapa
raudo entre las líneas
de mis manos prisioneras.
de mis manos prisioneras.
Y
sin rubor ni espumas,
se
manifiesta
en cualquier acantilado
en cualquier acantilado
de
rocas adormecidas
por
el frío de sus andamiajes.
.
Elizabetta Puig® / Derechos Reservados
Imagen:Galatea Santos®/ Río Guadalquivir a su paso por Córdoba
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