ROSAS BLANCAS...



Miró hacia su balcón
y vio su jazmín florecido
a pesar de andar su ramas
un poco abandonadas
y olvidadas de sí mismo…
.
No quiso ser flor en  primavera
ni rama  noble bien lucida
sólo resto de otro tiempo
que no se atrevía a ser rastrojo
muerto en vida y sin latido…
.
Quiso la sombra y el estío
darle de nuevo vida
al verde de su sangre,
y a aquella su raíz
que fue en otros tiempos
raíz viva y sin medida …

Quiso vestirle de blanco
inmaculado y bien planchado.
Y a sus venas  de antaño
de un agrio atronando,
hacerlas cuerdas de guitarra
de un gitano enamorado…
.
Dejar de ser al fin
 rastrojo que intuía
el fin de sus días de abandono.
Que la muerte siempre atenta
acecha en las esquinas
escondida y guadaña en mano...
.
Y hoy de pronto vio ese dulzor
que da cuando el amor  visita...
Y es que el jazmín presintió
del brillo de sus pupilas...
.
¿Qué será lo que tienes niña?
¿Quién te vistió de alegría?
¿Quién te aleja de la tristeza?
¿Quién será que ya no eres mía?
.
“¡Ay jazmín de mis inviernos,
de mis primaveras lejanas,
de mis lágrimas contenidas,
si tu supieras que traigo para ti
rosas blancas de porcelana
entre mis manos dormidas,
que nunca será yo la que abandone
a quién encendió de nuevo la vida
en aquellas tardes de tormentas.
…De tormentas que eran mías
y no de ese cielo al que corresponden
y que nos mira en su lejanía!…
.
Como lejano es aquello
que en mi regazo dormita,
a la espera de otra primavera
más cálida, menos indómita”…
.
 Elizabetta Puig® / Derechos Reservados 
Imagen: Galatea Santos ® /Cuesta de la Traición (Córdoba)

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